Durante muchos años, me he esforzado por dar lo mejor de mí en todo lo que hago. Esta actitud me ha permitido destacar entre muchos profesionales. No solo aplico esta filosofía en mi vida profesional, también trato de llevarla a cabo en mi vida personal y social. Sin embargo, en esta ocasión, hablaré de la excelencia en el ámbito profesional, ya que es más sencillo para nosotros conceptualizar lo que significa un trabajo bien realizado.

La búsqueda de la excelencia debería ser un hábito que todos deberíamos adoptar, es una forma de vida que perdura en el recuerdo de los demás y se propaga de boca en boca, como una noticia viral.

Es importante aclarar que esta excelencia depende de los conocimientos que poseas en ese preciso momento sobre el tema en cuestión. No me refiero a un sabelotodo, un individuo que destaca por su ingenio y conocimientos extraordinarios; simplemente hablo de una persona que hace lo mejor que puede con los recursos que tiene a su disposición.

Existen ocasiones en las que diversas circunstancias nos impiden alcanzar los niveles de calidad que deseamos. Los problemas como la falta de dinero, tiempo, conocimientos o equipo humano, pueden obstaculizar nuestro camino. Estos problemas son una realidad de la vida y hasta uno de los hombres más rico del planeta, Elon Musk, tiene que enfrentarlos. En numerosas entrevistas, Musk ha expresado las dificultades económicas (entre otras) que ha tenido que superar. Pero no debemos permitir que estas dificultades sean excusas que nos alejen del camino de la excelencia.

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